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Lo que no me daba cuenta era que era una comedora emocional. Siempre pensé que comer emocionalmente significaba que estaba triste y ahogaba mis penas en un gran recipiente de helado o comía una pizza entera de una sentada. Siempre que estaba triste, comer era lo último que quería hacer. Comía cuando estaba feliz, ¡y estaba feliz mucho, jajaja! Cualquier excusa para ir a un buen restaurante y pasar un buen rato, estaba a favor. La felicidad es una emoción, no te dejes engañar, jajaja. Luego, mis jeans empezaron a quedarme demasiado apretados, me sentía lenta, pesada y, hacia fines de 2013, pasé a usar la talla 14. Sabía que tenía que hacer algo... y lo hice. Una amiga me presentó Herbalife y comencé a investigar más sobre el programa. Vi resultados asombrosos de otros usuarios y decidí que era algo que quería probar por mí misma.
Ahora que he aprendido a controlar mi peso y a seguir con este maravilloso estilo de vida, puedo comer más alimentos deliciosos sin sentirme tan mal ni recuperar el peso perdido. Todavía como panqueques, galletas, algunos dulces, ¡pero con moderación! Me mantengo activa tanto como puedo, voy al gimnasio varias veces a la semana, duermo mucho y bebo toneladas de agua. ¡Levanto pesas! Muchas mujeres me han preguntado "¿Cómo lograste mantener tus curvas?" Bueno, cariño, déjame decirte: ¡toma una barra! En serio, los músculos queman grasa. Claro, "perderás peso" corriendo todo el día en la cinta, pero también puedes perder masa muscular y esas maravillosas curvas sexys tuyas.